Los Acantilados del Infierno de Ribadesella, simplemente ¡Brutales!

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Hoy os llevamos a descubrir uno de los secretos mejor guardados de la costa asturiana: los impresionantes Acantilados del Infierno. No os dejéis intimidar por su nombre; este paraje es un auténtico paraíso para los amantes del senderismo, el mar y los paisajes de ensueño. Así que, preparaos para una ruta que os dejará sin aliento (y no solo por el ejercicio).

Acantilados del Infierno

¿Qué ver en Ribadesella?

La senda es simplemente un paseo entre el cielo y el mar. La Ruta de los Acantilados del Infierno es un recorrido lineal de aproximadamente 8 kilómetros (ida y vuelta), ideal para una jornada de senderismo sin prisas. El sendero está bien señalizado y es apto para casi todos los públicos, aunque hay tramos con desniveles y terrenos irregulares, por lo que es aconsejable llevar calzado adecuado y estar en buena forma física.

¿Dónde se encuentran los Acantilados del Infierno?:

Situados en la costa oriental de Asturias, entre la pintoresca villa de Ribadesella y la playa de Guadamía, los Acantilados del Infierno ofrecen vistas espectaculares del mar Cantábrico y formaciones rocosas que parecen esculpidas por artistas celestiales. Este tramo de litoral es famoso por sus imponentes acantilados, algunos de los cuales alcanzan alturas vertiginosas, y por sus bufones, esas chimeneas naturales que, cuando el mar está bravo, lanzan chorros de agua al aire como si fueran géiseres.

¿Cómo llegar al punto de partida?:

Para iniciar esta aventura, os recomendamos dirigiros al área recreativa del Infierno, situada a unos 3 kilómetros al este de Ribadesella. Si venís en coche desde Gijón o Oviedo, tomad la autovía A-8 y salid en Ribadesella. Desde allí, seguid las indicaciones hacia la playa de Vega y, antes de llegar, encontraréis el desvío hacia el área recreativa. Hay espacio para aparcar, pero en temporada alta puede llenarse, así que madrugad un poco si no queréis dar vueltas buscando sitio.

Primer tramo: del área recreativa al mirador del Infierno:

Comenzamos nuestra caminata desde el área recreativa, adentrándonos en un sendero que serpentea entre prados y bosques costeros. A medida que avanzamos, el sonido del mar se hace más presente, y pronto llegamos al mirador del Infierno, un balcón natural que ofrece vistas panorámicas de los acantilados y el azul infinito del Cantábrico. Es el lugar perfecto para sacar la cámara y capturar la majestuosidad del paisaje.

Segundo tramo: del mirador del Infierno a los bufones de Pría:

Continuando por el sendero, nos adentramos en una zona donde el terreno se vuelve más accidentado. Aquí es donde la naturaleza muestra su lado más salvaje, con acantilados que caen a plomo sobre el mar y formaciones rocosas esculpidas por la erosión durante milenios. Tras unos 3 kilómetros de caminata, llegamos a los famosos bufones de Pría. Si tenéis la suerte de visitarlos en un día de marejada, podréis presenciar el impresionante espectáculo de los chorros de agua saliendo disparados hacia el cielo, acompañados de un sonido que recuerda al bramido de una bestia marina.

Tercer tramo: de los bufones de Pría a la playa de Guadamía:

El último tramo de la ruta nos lleva hasta la playa de Guadamía, una pequeña ensenada de aguas cristalinas flanqueada por altos acantilados. Es el lugar perfecto para descansar, darse un chapuzón (si el tiempo lo permite) y disfrutar de un merecido picnic antes de emprender el camino de regreso.

Consejos prácticos para disfrutar al máximo:

  • Equipamiento: Lleva ropa cómoda y adecuada para el clima, así como calzado resistente y antideslizante. No olvides una chaqueta cortavientos, ya que en la costa el aire puede ser fresco incluso en verano.
  • Provisiones: Aunque la ruta no es excesivamente larga, es recomendable llevar agua y algo de comida, ya que no hay servicios a lo largo del recorrido.
  • Seguridad: Mantente siempre en los senderos señalizados y no te acerques demasiado al borde de los acantilados, especialmente en días de viento o lluvia. La roca puede estar resbaladiza y una caída desde estas alturas no sería precisamente agradable.
  • Respeto por el entorno: Asturias es un paraíso natural, y depende de todos nosotros mantenerlo así. No dejes basura, respeta la flora y fauna local, y si ves algún desperdicio, no dudes en recogerlo. ¡El planeta (y los asturianos) te lo agradecerán!

¿Cuándo es el mejor momento para realizar la ruta?:

La primavera y el otoño son las estaciones ideales para recorrer los Acantilados del Infierno, ya que las temperaturas son suaves y la afluencia de visitantes es menor. En verano, aunque el clima es más cálido, la ruta puede estar más concurrida, especialmente en agosto. Si decides ir en esta época, considera empezar temprano para evitar las horas de más calor y la multitud. El invierno puede ser una opción para los más valientes, pero hay que tener en cuenta que las condiciones meteorológicas pueden ser adversas, con lluvias y vientos fuertes.

Alternativas y extensiones de la ruta:

Si después de recorrer los Acantilados del Infierno te quedas con ganas de más, Asturias ofrece innumerables senderos costeros que te dejarán boquiabierto. Por ejemplo, la Senda Costera de Llanes es una ruta de unos 12 kilómetros que conecta varias playas y acantilados espectaculares. Otra opción es la Ruta del Cares, en el corazón de los Picos de Europa, que aunque se adentra en el interior, ofrece paisajes de montaña impresionantes.

Gastronomía local: ¡a reponer fuerzas!:

Después de una jornada de senderismo, nada mejor que disfrutar de la deliciosa gastronomía asturiana. En Ribadesella encontrarás numerosos restaurantes y sidrerías donde degustar platos típicos como la fabada, el cachopo o los pescados y mariscos frescos. Y, por supuesto, no olvides acompañar tu comida con una buena sidra natural, servida como manda la tradición: escanciándola desde lo alto para que «rompa» al caer en el vaso.

Alojamiento en la zona:

Si decides pasar más tiempo explorando la costa oriental de Asturias, Ribadesella ofrece una amplia gama de alojamientos, desde hoteles con encanto hasta casas rurales y campings. Te recomendamos reservar con antelación, especialmente en temporada alta, para asegurarte un lugar.